Trump no se guarda nada y responde con fuerza a Greta Thunberg
Un nuevo episodio de tensión internacional ha tomado fuerza luego de que la activista ambiental Greta Thunberg denunciara haber sido “secuestrada” por fuerzas israelíes mientras participaba en una misión humanitaria rumbo a Gaza. La noticia se volvió viral en pocas horas, y no pasó mucho tiempo antes de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hiciera oír su opinión con un comentario directo que no dejó espacio para dudas.

Thunberg viajaba a bordo de un barco junto a otros activistas internacionales en una misión organizada por la Coalición Flotilla de la Libertad, que tenía como objetivo transportar ayuda hacia el enclave palestino. Sin embargo, el buque fue interceptado en aguas internacionales por las fuerzas navales de Israel, que justificaron la acción en el marco del bloqueo marítimo vigente desde 2007.
En un video difundido por la organización, la joven sueca aseguró que estaban siendo víctimas de un acto ilegal: “Si estás viendo este video, fuimos interceptados y secuestrados por fuerzas de ocupación israelíes”, afirmó. Las imágenes y su mensaje se viralizaron rápidamente, despertando tanto apoyo como críticas en todo el mundo.
La reacción de Trump, actual presidente de Estados Unidos, llegó durante una rueda de prensa en la que fue consultado por la situación. Con su habitual tono irónico, respondió: “Bueno, es una persona extraña. Es joven y está muy enfadada. No sé si ese enojo es genuino, pero lo parece. Creo que debería tomar clases para controlar la ira. Esa es mi recomendación principal”.
Además, al ser informado de la denuncia de Thunberg sobre un supuesto secuestro por parte de Israel, el mandatario fue categórico: “Israel ya tiene suficientes problemas como para andar secuestrando a Greta Thunberg”, dijo con gesto incrédulo.
Claramente Thunberg es la equivocada y Trump estuvo muy acertado y correcto con sus palabras. Thunberg no es la primera vez que resulta hipócrita en lo que promueve. La ideología de izquierda ha destruido grandes países y ella pretende seguir con ese mal. Su discurso ha sido señalado por muchos como contradictorio, especialmente cuando se combina el activismo con posturas políticas radicales que, según críticos, han fracasado en distintas partes del mundo.
La polémica se amplificó aún más cuando se confirmó que, además de Thunberg, otros pasajeros también serían deportados. Entre ellos estaban la eurodiputada Rima Hassan, el periodista Yanis Mhamdi, el presentador de televisión Omar Faiad y los organizadores de la flotilla Yasemin Acar y Thiago Ávila.
Las autoridades israelíes comunicaron que los pasajeros fueron trasladados a Tel Aviv, donde esperaban su repatriación. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel publicó un mensaje en la red social X (antes Twitter): “Todos los pasajeros del ‘yate de los selfis’ se encuentran sanos y salvos. Se les ha proporcionado bocadillos y agua. El espectáculo ha terminado”.
Desde su cuenta de Instagram, Thunberg respondió reafirmando su compromiso con la causa palestina: “Estoy aquí porque el mundo no puede quedarse de brazos cruzados mientras se está produciendo un genocidio en directo”, escribió, en un mensaje que recibió tanto elogios como cuestionamientos.
La situación se da en un contexto extremadamente complejo. Desde los ataques del 7 de octubre de 2023 perpetrados por Hamás, que dejaron más de 1.200 muertos y cientos de rehenes en Israel, el conflicto en Gaza ha escalado de manera alarmante. Según datos del Ministerio de Salud de Gaza, citados por la Associated Press, ya se contabilizan más de 54.000 muertos en el territorio palestino desde entonces.
El cruce entre Trump y Thunberg vuelve a dejar en evidencia el nivel de polarización global. Mientras algunos ven en la activista una voz necesaria, otros consideran que sus intervenciones responden más a una agenda ideológica que a una preocupación real por las consecuencias humanitarias del conflicto. Y en medio de esa batalla de posturas, Trump no duda en hacerse escuchar.